¡Tenemos un notición! La comarca de la Sierra de Cádiz ha sido declarada, el pasado mes de diciembre, Destino Turístico Starlight por su excelente calidad para la contemplación de los cielos estrellados. Para conseguirlo la mancomunidad de los municipios de la Sierra de Cádiz ha puesto todos sus esfuerzos en proteger a la región de la contaminación lumínica ¿Qué podemos hacer para minimizarla? Lo analizamos a continuación.
Con esta declaración, a las empresas turísticas, se les abre toda una caja de oportunidades para desarrollar actividades basadas en este recurso natural. Pero a la vez nos obliga a defender a nuestros cielos porque son un tesoro precioso cada vez más escaso.
Quien haya pasado, una solo vez, una noche de verano al aire libre bajo este cielo inmenso en la Sierra de Cádiz observando las estrellas fugaces caer, conoce un secreto: Esta luz de las estrellas te llega directamente al corazón. Una luz que lleva millones de años en camino para llegar hasta aquí.
Heike Mai
El Astroturismo es un segmento en auge. No en vano. Nos pone en contacto directo con la naturaleza, con el cielo y con nuestra alma. Y merece toda la pena luchar para conservar los ambientes libres de la contaminación lumínica y conseguir así unos cielos limpios para que esta luz no llegue. No es una cuestión romántica. Bueno sí, también lo es, pero es mucho más. Afecta a nuestra salud de manera directa y afecta al medio ambiente mucho más de lo que hubiéramos pensado incluso hace solo 10 años.
Debemos saber una cosa: La contaminación lumínica es la contaminación que más fácil se podría reducir o eliminar de todas y a la vez es la que menos atención nuestra recibe. Es una pena porque el efecto es grande.
¿Qué es la Contaminación Lumínica?
Contaminación lumínica es la alteración de la oscuridad natural de la noche, provocada por luz desaprovechada, innecesaria o inadecuada, generada por el alumbrado de exteriores, la cual genera impactos en la salud y en la vida de los seres vivos. Ejemplos hay muchos: Estos polígonos que solo tienen calles completamente desérticas y sin naves que tienen una iluminación digno de un estadio olímpico durante toda la noche, o ese paseo marítimo que ilumina hasta más de 100 metros mar adentro, o la farola de la entrada de la casa que no tiene sensor de movimiento y que ilumina el dormitorio durante la noche y tanto que para leer un libro, solo hay que subir a la persiana pero no encender la luz del cuarto o el árbol del jardín que luce todo precioso con tres focos dándole luz y convirtiéndose así en una trampa mortal para insectos nocturnos.
Eliminar esta contaminación lumínica no quiere decir que se apaguen todas las luces, pero que se haga un uso más razonable de la luz y la iluminación. Esta imagen da un ejemplo y es muy fácil de entender.
Porque, realmente ¿Cuántos coches y peatones pasan por encima de las farolas? Y solo con esto se pueden llevar una idea que fácil es eliminar esta contaminación y conseguir de esta manera que volvamos a ver las estrellas. No dos o tres, sino miles, incluso desde las ciudades.
¿Qué se gana? No solo calidad de cielo. Se gana calidad de vida. Para medio ambiente y para la salud humana. Porque la contaminación lumínica perturba la oscuridad y ecosistemas enteros, y también nos enferma a los humanos.
Los efectos en las personas son diversos. El ritmo claridad-oscuridad es importante para nuestro sueño. Si hay alteraciones aquí, el equilibrio hormonal puede verse afectado. Los trastornos del sueño pueden ser un factor que contribuye a la presión arterial alta, la diabetes y la obesidad. También influye el color de la luz. Cuanto más azul, más se parece a la luz diurna y nuestro sistema interno nota: es de día. Cuando se pone el sol la luz se pone más rojiza y este es el color que menos perturba la vida de los animales nocturnos. Así un simple cambio de bombilla pude marcar la diferencia y sería un buen comienzo.
La iluminación artificial altera así ecosistemas enteros. No solo los humanos sufren si las noches son demasiado brillantes porque ya no pueden regenerarse adecuadamente. Incluso aves e insectos nocturnos se ven perturbados en su ritmo u orientación. Mil millones de insectos voladores, son confundidos por las farolas. La luz les irrita y no saben qué hacer: ya no comen, ya no se aparean y ya no polinizan las flores. Dan vueltas alrededor de los focos de forma desorientada y se queman si no se trata de una bombilla LED, mueren de agotamiento o son devorados por enemigos. La iluminación artificial es, por lo tanto, una pieza importante del complejo problema de la muerte de aves e insectos.
¿Qué podemos hacer para evitarla? Consejos para minimizar la contaminación lumínica
Muy a menudo, la iluminación también tiene un aspecto relacionado con la seguridad. Sin embargo, el ojo puede adaptarse mejor a una iluminación baja y uniforme que a fuertes contrastes de luz y oscuridad. Por ejemplo, el área alrededor de un camino se puede ver mucho mejor a la luz de la luna que cuando está fuertemente iluminada por iluminación artificial, lo que provoca sombras muy oscuras.
Por lo tanto, use luz artificial solo para iluminación exterior.
- En el período en que se requiere (temporizador o detector de movimientos).
- Donde sea necesario por razones de seguridad.
- En la intensidad requerida:
- Evite la exposición a árboles y arbustos. Son el hábitat de aves, insectos y otros animales.
- Asegúrese de que la iluminación sólo ilumine «hacia abajo».
- Con luminarias apantalladas con carcasa cerrada
Esto puede funcionar incluso en los hoteles. Cómo – os lo vamos a contar en otro post. Ahora es momento de parar y pensar y que el nombre de la Costa de la Luz sea motivo de defender el uso razonable de la luz artificial, para que algún día la provincia de Cádiz sea ejemplo y haga honor al nombre de su costa.
Autor: Heike Mai