Breve crónica de una expedición científica a la Antártida, la última frontera. En Marzo de 2024, nuestro compañero Álvaro Bueno, Delegado de la Sierra de la AETC, tuvo la oportunidad de participar en una expedición científica a la Antártida. El centro de operaciones de la misma, fue una de las dos bases de investigación que España tiene allí, la Base Juan Carlos I (BAE) en la Isla de Livingston. Participó durante unas semanas en la toma de datos del proyecto PALANTARICE, de la Universidad de Oviedo. El proyecto tiene por objetivo estudiar cual es la evolución de los glaciares antárticos estudiando para ellos la evolución del albedo.

Proyecto PALANTARICE

PALANTARICE estudia desde hace unos años,  cómo funciona la reflexión y absorción de la luz, en el glaciar Johnsons, dentro de la península de Hurt. Con ellos se persigue desarrollar  herramientas para poder definir como cambia con el tiempo la línea de equilibrio del glaciar,  usando para entre otros parámetros, las  imágenes de satélite, y así poder monitorizar la evolución de los glaciares del continente helado, extrapolando los datos a otras zonas del continente de difícil acceso.

La Antártida, la última frontera

La Antártida, ese continente helado, es la última frontera de nuestro planeta, y un laboratorio natural excelente, en donde muchos equipos de investigación estudian distintos aspectos de la naturaleza Antártida. Los cambios globales que sufre el planeta también se notan aquí. La Antártida acumula el 70% del agua dulce del planeta, ya que allí se concentra el 90% de todo el hielo de la Tierra.  Saber cómo evolucionan estas masas de hielo con el calentamiento global actual es esencial para poder predecir como evolucionara el clima terrestre en las próximas décadas. España está realizando un importante esfuerzo, contribuyendo de forma relevante en el conocimiento de este continente, mediante diversos programas coordinados por la Agencia Polar Española.

No es fácil llegar a estas tierras australes tan lejanas. A la península Antártida principalmente se acede desde la ciudad chilena de Punta Arenas, o desde la Argentina de Ushuaia. El equipo voló de Punta Arenas, a un aeródromo militar que tiene el ejército chileno en la Isla Rey Jorge, punto desde donde salen expediciones en barco a las diferentes islas y aéreas del continente blanco. Las expediciones  españolas de investigación en las últimas campañas suelen salir desde el puerto de Punta Arenas, mediante el buque Hespérides, barco  oceanográfico de la armada española destinado para estos fines.  La travesía dura dos o tres días.

Atravesar en barco el mar de Hoces, desde tierra del Fuego, la punta sur del continente americano, al la península Antártida no es tarea fácil.  Este mar es uno de los mares más violentos y peligrosos del mundo. Lo atravesó por primera vez el navegante español  Francisco de Hoces en 1526. La Base Antártida Española Juan Carlo I, está situada en Bahía Sur, Caleta Española, en la Isla de Livingston.  La gestiona el CSIC, y sus operaciones son  apoyadas por la Armada Española. Por las dos  bases científicas españolas,  todos los años pasan más de 200 investigadores, que desarrollan una veintena de proyectos de investigación.  Las instalaciones de la base Juan Carlos I son excelentes, y se han modernizado en los últimos años.  Ahora está en marcha la mejora y modernización de la Base Gabriel del Castilla en la Isla Decepción.

Este conjunto de Bases, naves, aeródromo y barracones se llama Ciudad de las Estrellas,  la población más austral chilena.

Otros proyectos

Se pueden  conocer  fácilmente cuáles son los proyectos de investigación que se están desarrollando en la actualidad en esta bases, visualizando un reciente documental, organizado en 4 capítulos, que ha producido RTVE este año.  Se pueden visualizar mediante este enlace:

https://play.rtve.es/pr/1000352

Conclusión

La Antártida es hermosa, hay una luz extraña, lugares silenciosos,  un paisaje  en blanco y negro…y la serenidad es total…la verdad es que es difícil de describir…es un clima duro y hostil… la vida se refugia principalmente en el mar, y en costas y roquedos que quedan despejados de hielo y nieve en el corto verano austral.  Estas tierras firmes, son el dominio de líquenes y musgos pioneros de la vida en este mundo hostil. Este poema de Pablo Neruda, refleja muy bien el ambiente antártico:

PIEDRAS ANTÁRTICAS

ALLÍ termina todo
y no termina:
allí comienza todo:
se despiden los ríos en el hielo,
el aire se ha casado con la nieve,
no hay calles ni caballos
y el único edificio
lo construyó la piedra.
Nadie habita el castillo
ni las almas perdidas
que frío y viento frío
amedrentaron:
es sola allí la soledad del mundo,
y por eso la piedra
se hizo música,
elevó sus delgadas estaturas,
se levantó para gritar o cantar,
pero se quedó muda.
Sólo el viento,
el látigo
del Polo Sur que silba,
sólo el vacío blanco
y un sonido de pájaro de lluvia
sobre el castillo de la soledad.
Turismo en la Antártida

A estos remotos lugares, también comienza a llegar el turismo.

Punta Arenas (Chile) y Ushuaia  (Argentina) son los dos puntos principales de salida del turismo incipiente de  la Antártida. Desde aquí salen expediciones para conocer algunos de  estos remotos lugares.  Los silenciosos y desolados paisajes antárticos también tienen su atractivo.  Son muchos los naturalistas que comienzan a llegar atraídos por las colonias de animales marinos que viven en sus costas, o los montañeros  ávidos de experiencias extremas. En 2023 ya llegaron más de 100.000 turistas a la Antártida. Se concentra en pocos lugares, y principalmente durante el verano antártico. Es todo un reto lograr que este turismo incipiente no sea agresivo, y respete uno de los lugares más prístinos del planeta. ¿seremos capaces de ello?.

Álvaro Bueno.  Tambor del Llano. Grazalema Cádiz.

 

 

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