La internacionalización empresarial consiste en expandir nuestro negocio a otras regiones o países. Se trata de un fenómeno y un cambio muy importante para nuestra economía acaecido a lo largo del siglo XXI.
Contando con unos 25 años de historia, la internacionalización de las empresas españolas supone uno de los principales pilares de la economía del país, superando más de los dos tercios del PIB.
La incorporación de España al proyecto comunitario europeo ha supuesto que numerosas empresas, grandes, medianas y pequeñas, crezcan en un mercado cada vez más globalizado.
Existen algunos factores que determinan el nivel de internacionalización de las mismas, como pueden ser:
· El tamaño de la empresa.
· Las ramas de actividad.
· La pertenencia a un grupo y/o la presencia de capital extranjero.
· La pertenencia a asociación sectorial y/o de exportación.
La internacionalización de una empresa tiene su rasgo más evidente en la realización de operaciones de comercio exterior.
Así, el número de empresas españolas presentes en los mercados mundiales de bienes y servicios ha aumentado progresivamente, estando estas transacciones muy concentradas en un reducido número de productos, presentando apenas variaciones en los últimos años y relacionadas con la industrial metal-mecánica.
Los intercambios internacionales de estas empresas son principalmente productos, alrededor del 84%, correspondiendo el resto, un 16%, al sector servicios.
Uno de los ejemplos más claros del tercer sector, podemos observarlo en la internacionalización de grandes cadenas hoteleras, donde la entrada de grandes grupos internacionales en España y el agotamiento del mercado nacional explican la creciente necesidad de expansión.
El turismo, debido a su naturaleza, es una actividad muy sensible a este fenómeno, y se aferra a éste para conseguir objetivos muy diversos, como pueden ser: explotación de recursos y capacidades, reducción de costes, demanda externa potencial insatisfecha, globalización de la industria, condiciones desfavorables en el país de origen, búsqueda de recursos, o simplemente por motivos estratégicos.
Pero la expansión internacional no supone los mismos riesgos para una multinacional que para una pequeña o mediana empresa, puesto que no se disponen de los mismos recursos para arriesgarse en esta aventura hacia nuevos mercados.
Sea cual sea el tamaño de nuestra empresa, antes de realizar el proceso de internacionalización, debemos realizar un estudio de cuáles son las oportunidades, los beneficios y las futuras consecuencias.
En el proceso de captación es básico estudiar el perfil de los clientes a los que nos vamos a dirigir y segmentar por mercado, es decir, elegir nuestro target. Para así, poder realizar acciones y centrarnos en un público concreto.
Una vez conseguidos estos clientes, lo importante es fidelizarlos, conseguir que sientan el destino elegido como el destino, su destino, la experiencia.
Pero estos procesos en las PYMES suponen más un proceso de exportación de servicios que internacionalización, debido, una vez más, a los factores anteriormente explicados, como puede ser la falta de recursos económicos.
Estas son algunas de las prácticas, positivas y negativas, que la provincia de Cádiz posee para esta fase de internalización, comentadas todas ellas en la Mesa Redonda de Empresas del Sector Turístico: Internacionalización desde el enfoque del cliente internacional, celebrada el pasado 19 de marzo en la Facultad de Empresariales de la Universidad de Cádiz.
-Buenas prácticas:
· Fortalecimiento de la imagen de Cádiz y su gente. Provincia de Cádiz como una unión de cultura, historia y gastronomía.
· Conocimiento de idiomas por parte de los empresarios y trabajadores.
· Implantación de “wifi” en los distintos establecimientos.
· Amplia diversidad y variedad en la oferta turística.
· Apuesta por lo auténtico y de calidad.
-Malas prácticas:
· Tratar de forma “especial” al cliente extranjero, haciendo que surja una rivalidad entre el cliente internacional y el nacional.
· Sobreprotección del cliente internacional.
· Falta de consciencia de lo que el cliente busca.
· Poco desarrollo en cuando a nuevas tecnologías, como páginas web, correos electrónicos, redes sociales, etc. por parte de las empresas.
Como conclusión nos quedamos con una de las frases comentadas en la jornada: “Fidelizar consiste en la unión de destino, actitud y aptitud”.